PPC: 42 Años de triunfos y sinsabores

Pese a la dolorosa derrota electoral del 2006, una optimista Lourdes Flores Nano aseguró ayer que había PPC para rato tras 42 años de fundado y que el partido cuenta con cartas muy jóvenes de cara a las próximas elecciones municipales y regionales.

Como toda organización, la historia del Partido Popular Cristiano (PPC) está plagada de sonados triunfos y de trágicos sinsabores desde que el 18 de diciembre de 1966 un grupo de fundadores de la Democracia Cristiana (DC) se separara para formar esta nueva agrupación política.Para los pepecistas, de inspiración Socialcristiana, el periodo de la Asamblea Constituyente (1978-1979) fue el momento estelar del partido. Posteriormente, en el periodo 1980-1985, el PPC compartió responsabilidades con el régimen belaundista bajo la premisa de consolidar la democracia, aplicar la Constitución de 1979 y crear instituciones.

La campaña electoral de 1990 encuentra al PPC como parte de la coalición del Fredemo y la opción presidencial del laureado escritor Mario Vargas Llosa.

Pero cuando parecía inminente su llegada al poder, el Apra y la izquierda satanizan las propuestas de Vargas Llosa, abriendo camino a la figura del entonces desconocido profesor de la Universidad Agraria Alberto Fujimori.La aplicación de un shock económico por parte del régimen de Fujimori, que tanto negó en su campaña electoral, produjo desorientación en el PPC, y tras el autogolpe del 5 de abril de 1992 se produjeron las primeras grietas en el partido socialcristiano.

Alberto Borea, uno de los que se alejó de la organización, se oponía a la participación electoral del PPC en el Congreso Constituyente Democrático (CCD) fujimorista convocado en 1993 para lavar el rostro del régimen. En 1995, el PPC apoya la candidatura opositora de Javier Pérez de Cuéllar, que no resulta suficiente para impedir la reelección de Fujimori, quien buscaba legitimarse en el poder.

En la batalla por frenar las intenciones re-reeleccionistas de Fujimori, aparece la figura de Lourdes Flores, quien junto a Borea promovió el NO en el referéndum que pretendía dar luz verde a una nueva postulación del entonces mandatario. Más adelante, en el 2001, el PPC apuesta por Lourdes Flores Nano, quien obtiene un aceptable tercer lugar, después del favorito, Alejandro Toledo, de Perú Posible, y de Alan García, recién llegado del exilio.

En el 2006 se produce un segundo sinsabor. Alan García se impone a Ollanta Humala, y nuevamente Lourdes Flores pierde el acceso a la segunda vuelta. Lo demás es historia conocida.

La aproximación en términos económicos entre el PPC y el fujimorismo hizo que algunos de sus miembros más conspicuos sucumbieran a los cantos de sirena que les ofrecía el régimen de Alberto Fujimori. Así tenemos, por ejemplo, la participación en el Ministerio de Trabajo del economista Jorge Gonzales Izquierdo o de dirigentes regionales como Tomás Gonzales Reátegui.

Otro ilustre pepecista muy vinculado al fujimorismo, fue el ex candidato a la alcaldía de Lima Ricardo Amiel. Sobre él, Vladimiro Montesinos declaró que le había entregado dinero para que dejase el PPC. Por ello, Amiel llegó a recibir una pena de cuatro años de prisión suspendida y el pago de S/.70 mil de reparación civil por los delitos contra la administración pública y peculado.

Sin embargo, el caso más emblemático fue el del propio hijo del patriarca del partido, Luis Bedoya de Vivanco, quien aceptó que Montesinos le financie la campaña municipal a la alcaldía de Miraflores, en 1998. El fue condenado a 5 años de prisión.

Dentro del Partido Demócrata Cristiano existieron dos líneas políticas. Una estaba liderada por Héctor Cornejo Chávez, que propugnaba tesis revolucionarias radicales, y la otra, más democrática, por Luis Bedoya Reyes. Luego de que la Democracia Cristiana se aliara con el gobierno de Fernando Belaunde y surgiera el escándalo de la página 11 (por el contrato para explotar La Breña y Pariñas con la IPC), la crisis se desató en el partido, lo que llevó a su disolución. Así, un sector liderado por Bedoya Reyes formó en 1966 el Partido Popular Cristiano (PPC). Luego, Cornejo defendería al régimen de Juan Velasco Alvarado.