El Bien Comun como Principio del Socialcristianismo
“La búsqueda del Bien Común” es una frase de por si ya muy utilizada e incluso manoseada dentro del espectro político actual. En principio la mayoría de partidos políticos incluyen en sus principios la búsqueda del bien común (Cabe señalar que este concepto nace del humanismo cristiano) a excepción de los partidos de carácter sectario o extremista, que – como es obvio – solo buscan el beneficio del conjunto de personas que ellos dicen representar.
Entonces, bajo este orden de ideas ¿Cómo podríamos definir una verdadera búsqueda del bien común? ¿Cómo medimos el bien común dentro de una sociedad? ¿Acaso el bien común se reduce solo a la satisfacción de las necesidades económicas? De ser así ¿Entonces por que naciones como Japón que ostentan un altísimo nivel de vida, tienen altos índices de suicidios, siendo especialmente alarmantes los índices de suicidios entre adolescentes? O si el bien común se mide de acuerdo a la cantidad o calidad de servicios que recibe una persona o sociedad ¿Por qué una nación como Cuba que se vanagloria de tener los mejores servicios sociales de América Latina (Salud, educación, deporte, aunque en la práctica esto no sea del todo cierto) es considerada como una sociedad represiva donde sus habitantes no se encuentran a gusto y la mayoría lo único que desea es llegar a la península de Florida?
De esta forma quiero dejar muy en claro algo EL BIEN COMÚN NO ES ALGO QUE SE PUEDA MEDIR EXCLUSIVAMENTE POR LAS ESTADÍSTICAS, DADO QUE INVOLUCRA OTRAS DIMENSIONES QUE DEBEN CONSIDERAR AL SER HUMANO EN SU INTEGRIDAD Y NO SOLO COMO UN FRIO ELEMENTO DE LA ESTADÍSTICA, UN NÚMERO O UNA COSA.
En este orden de ideas es necesario tener muy en claro el concepto de persona humana para poder acercarnos a una verdadera definición de bien común. Ya Eduardo Frei Montalva, primer presidente chileno demócrata cristiano y una de las principales figuras del socialcristianismo en América Latina dijo en el año 1934 como parte de su exposición titulada como “La Política y el espíritu” que “Hoy asistimos no a una crisis política sino a una crisis de civilización: Es una cultura la que se agota. Lo que esta en quiebre es el hombre. ANTE TODO EL HOMBRE ES UN SER MORAL; HOY PRETENDE SER SÓLO UN SER ECONÓMICO. Una formación filosófica y espiritual nos urge mas que una formación económica. (…)
Formemos pues una conciencia moral, demos orden a la inteligencia, impongamos la primacía del espíritu para que el orden político exista y se realice en lo temporal el bien común” uno se pone a pensar que resulta increíble como una frase con mas de setenta años de antigüedad mantiene tanta vigencia en la actualidad.
Efectivamente el hombre es ante todo un ser moral y la búsqueda de su bienestar – y por ende la búsqueda del bienestar común – debe considerar no solo la dimensión material, sino también la dimensión espiritual de la persona como ser creado a la imagen y semejanza de Dios. De esta forma resulta absurdo medir el bienestar común únicamente sobre los bienes y servicios a los que una sociedad pueda tener acceso, dado que en caso de no considerar la dimensión espiritual de la persona, se corre el riesgo de generar altos niveles de insatisfacción en la misma lo cual puede derivar en una vorágine consumista por parte de los miembros del referido grupo social o incrementar también niveles de actos tan dramáticos y extremos como el suicidio, que no es mas que la última etapa de un proceso depresivo, que significa la ausencia o desaparición total de objetivos por los cuales una persona siente que vive.
Pero ya entrando a una definición de Bien Común como principio del socialcristianismo, El Papa Juan XXIII, citado por Jesús Lazo Acosta en su libro “Principios de la Doctrina Social de la Iglesia” lo define como “El conjunto de condiciones sociales que consienten y favorecen en los seres humanos el desarrollo integral de su propia persona (…) alcanza al hombre tanto en las necesidades del cuerpo como en las necesidades del espíritu”. De esta forma ya las sagradas escrituras mencionan que “No solo de pan vive el hombre”.
Entonces para nosotros los social cristianos que no limitamos al hombre como ser económico, sino que también lo ubicamos dentro una dimensión espiritual, el desarrollo de la persona debe encontrarse enfocado a satisfacer sus necesidades tanto materiales como espirituales, lo cual también se repite y aplica para una sociedad en su conjunto. Esto significa que no solo basta el desarrollo económico de una sociedad, sino que a esta también se le debe incluir el alcanzar un desarrollo moral y de valores lo que redunda en altos niveles de satisfacción por parte de las sociedades. En otras palabras, LA ACCIÓN POLITICA NO DEBE JAMÁS DEJAR DE CONSIDERAR A LA PERSONA HUMANA COMO UN SER INTEGRAL, ES DECIR CUERPO Y ALMA.
Ahora bien. Para aterrizar en nuestra realidad ¿Cómo podemos aplicar estas teorías en nuestro medio?
Aldo Vásquez Ríos en su artículo “Principios Básicos de la Doctrina Social de la Iglesia. Aplicaciones en relación al desarrollo” señala existen diversas formas de aplicación del bien común en nuestra sociedad. Una de ellas es la promoción de una cultura de integración en un país pluricultural (Discrepo un poco con el término pluricultural de la forma como se ha utilizado en este caso, pero eso ya será motivo de análisis en otro momento) como el Perú, dado que “La cultura es fuente de progreso y creatividad. Por ello la convivencia universal exige mas que la mera tolerancia”. De igual forma el mismo autor señala que para lograr el bien común es necesaria la imposición de una cultura de paz y también la inclusión en los mercados internacionales de las economías mas pequeñas y pobres del mundo.
Asimismo, considero necesario señalar que para lograr el bien común es necesario infundir en la sociedad una mística de felicidad y éxito, que promuevan en las personas que la componen una cultura de valores tan importantes como la solidaridad, la justicia, la honradez y el éxito. Todo proyecto que no los incluya se encuentra condenado al fracaso. Seamos nosotros los jóvenes socialcristianos los abanderados de la búsqueda del bien común en nuestras sociedades (Recordemos que este concepto nace del humanismo cristiano). Para lograrlo trabajemos por el en forma desinteresada, dado que como lo dicen las sagradas escrituras “Buscad el reino de los cielos y todo lo demás se les dará por añadidura” Eso es tener una verdadera vocación solidaria. Eso es buscar la justicia y el bien común. Eso es ser un verdadero político socialcristiano.
Josef Zielinski Flores
Madrid - España