El Viejo partido que no se quiere partir

Luis Bedoya Reyes, el mitológico 'Tucán', luce hoy más joven que su propio partido. Lo busqué el miércoles pasado en su casa y en lugar de encontrar a un viejo patriarca retirado, me crucé con un muchacho de 88 años que si no está chupando un cigarrillo, es solo porque está disparando una broma.

"Lo vi con Jaime Bayly, doctor, y me sorprendió su vitalidad", le digo de entrada. "Mucha gente me ha comentado lo mismo. ¿Pero qué pensaban? Que yo ya estaba - ", dice e interrumpe la frase con una risotada. "Además, al moflete de Bayly tengo que ganarle en frontón", remata, haciendo el veloz gesto de quien agita en el aire una paleta imaginaria.

Nada parece tener que ver este Bedoya lúcido, lozano (y deportivo) con el PPC del 2007, un partido demacrado, venido a menos y que, pese a cumplir 40 años en diciembre, ya no exhibe las marcas de solidez que hasta hace relativamente poco conservaba. Solo en los últimos 11 meses el PPC ha recibido tres nocauts que lo han dejado zamaqueado sobre el ring político: la segunda derrota consecutiva de Lourdes Flores en las elecciones presidenciales; el distanciamiento --con feas discrepancias ventiladas-- de Ántero Flores-Aráoz; y el escándalo protagonizado por la congresista Elsa Canchaya, suspendida 120 días del Parlamento por haber contratado a su empleada del hogar como asesora.

Sin embargo, a pesar de que se han producido eventos suficientes como para hablar, por lo menos, de una pequeña crisis partidaria, los dirigentes pepecistas niegan esa tesis y prometen el resurgimiento. Si el dibujo que acompaña esta página acierta en su retrato de la realidad, esos dirigentes tendrán que actuar bien rápido antes de que la endeble carcasa del partido se venga, literalmente, abajo.

La palabra de la Jefa

Al otro lado del teléfono, Lourdes Flores Nano, la presidenta de la casa, suena calmada pero tajante. "No creo que estemos en crisis. A pesar de todo, la vida del partido sigue su curso", asegura. Cuando le pregunto por la partida de Ántero, Lourdes reconoce que se trató de una penosa salida, pero subraya que no ha modificado el ánimo general de las bases. "Más penosa fue la situación previa del enfrentamiento interno. Él respondió yéndose del partido, y nosotros respetamos su decisión. Fuera del malestar inicial, no siento que el PPC se haya dañado".

Otra es su reacción cuando pronuncio el nombre de Elsa Canchaya. Lourdes agrava la voz y admite que el escándalo la indignó. "Nos causó un profundo pesar e indignación. En mi caso con mayor grado, porque yo la reencontré en el trabajo partidario, después de haber sido mi alumna en la Universidad de Lima.

En consideración a esa relación, todo lo que no he dicho en público se lo he dicho en privado. De todos modos la inconducta se tiene que sancionar". Una de las grandes cruces que la ex candidata presidencial ha debido soportar es la imagen aristocrática y elitista con que se asocia al PPC. Ella se defiende señalando que sus votos en el 2006 llegaron de un estrato que nada tiene que ver con los ricos. "Acabo de terminar de revisar los números electorales y, si ubicas en el mapa los casi tres millones de votos que recibí, apreciarás el respaldo de un Perú moderno y popular, que es para mí la base del país emergente del futuro".

Sobre su discutido desplazamiento hacia la Universidad San Ignacio de Loyola (muchos analistas le recriminaron esa movida como una mala estrategia política), Flores Nano muestra un impecable orgullo. "Pocas actividades me han hecho sentir más contenta. Y contra lo que se piensa, los alumnos están concentrados en la clase media y media baja. Además, hay una importante población provinciana", precisa.

Enemigo mío

Desde Washington, donde ocupa la representación permanente del Perú ante la OEA, Ántero Flores-Aráoz nos ofreció su diagnóstico del declive del PPC, institución a la que renunció a inicios de marzo. "Creo que la declinación de la candidata a la postulación presidencial en 1995 llevó al PPC a perder su inscripción electoral, y recuperarla en la época de Fujimori fue una tarea muy dura, pero se logró y el partido recobró importante presencia y vigencia".

Tras su renuncia al PPC, la Comisión Nacional de Política del partido lo acusó de "exhibir una inconducta partidaria" y de formular "declaraciones desleales" contra Lourdes Flores, a la que él llegó a llamar cadáver político.

Ántero cuenta que se fue cansado de los desaciertos internos. "Los fracasos electorales del 2001 y del 2006, por fallas de campaña, desmotivaron a muchísimas personas. Lamentablemente, las erradas decisiones hicieron que la gente tuviera una percepción errada del PPC, como si fuera un partido de derecha a pesar de estar afincado en el socialcristiano. Esa imagen es muy difícil de reconvertir".

A pesar de la pugna entre ambos, no es difícil advertir que ni Lourdes ni Ántero son los que producen escisiones en el PPC, sino el comportamiento general de la dirigencia. "La gran discusión hoy día es si debe seguir el PPC o no. Es una discusión vigente. ¿Debemos cambiarle el nombre y convertirnos en otra cosa? ¿Debemos convertir Unidad Nacional en un partido? ¿Debemos buscar un frente amplio? ¿O, sin avergonzarnos de lo vivido, debemos reforzar el PPC y devolverlo a las fuentes? Ese es un debate vigente porque hay un cansancio de las bases ante la forma de conducción política", afirma sin dudas un joven dirigente pepecista que nos concedió una entrevista pero prefirió el anonimato.

La discusión a la que alude es trascendental si se considera que este año el PPC vivirá dos trascendentales procesos electorales: el 15 de julio se elegirán las secretarías departamentales, distritales y provinciales, mientras en setiembre, en el Congreso Nacional, serán elegidos los 15 secretarios nacionales y la dirigencia nacional. Quienes obtengan la victoria en esas fechas serán responsables de concretar el cambio que tanto se postula.

Dos bandos con una sola idea

De cara a esos comicios hay dos grupos identificados. Uno que busca cambios, privilegiando la continuidad histórica y otro, llamado Frente Reformista, que clama por una renovación drástica e inmediata. Si bien no hay una confrontación, los dos tienen ópticas particulares. Los congresistas Raúl Castro y Juan Carlos Eguren representan, de alguna manera, cada una de esas tendencias.

"Tengo mucha simpatía por el movimiento reformista, que no es de un giro doctrinal ni programático, sino de actuación", dice Eguren, quien considera clave para el PPC despojarse del aura elitista que lo atormenta. "Tenemos un posicionamiento de derecha y eso en un país pobre da como resultado un partido debilitado", advierte.

Por otro lado, Raúl Castro considera que hablar de crisis institucional es exagerado. "El PPC tiene más de mil regidores en todo el Perú, ha renovado una cuota de autoridades edilicias y en Lima estamos presentes con regidores en más de 36 distritos". Tal vez por esa convicción, él es de los que piensan que es mejor reafirmar el espíritu del partido antes que reformarlo del todo.

"Hay un grupo de jóvenes recientemente llegados. Muchos son valiosos, pero no conocen parte de la historia reciente. Su ímpetu es tonificante, pero están en una etapa formativa. Yo tengo un montón de años en el partido y nunca he renegado de él. Estos jóvenes han entrado en una primavera democrática", señala el congresista.

Los nuevos nombres

Junto con Luana Sprinckmoller y Edgardo del Pomar (quienes competirán en julio por el importante bastión que es la secretaría departamental de Lima), hay otros nombres que destacan en el PPC de hoy. Uno de ellos es Óscar Ibáñez (no, no es el arquero)."El Frente Reformista es un grupo que trabaja en los asentamientos humanos donde no hay presencia estatal: Manchay, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador, Pamplona, Lomo de Corvina, San Juan de Lurigancho, cerro El Pino. Ahí no regalamos polos, sino que enseñamos inglés, teatro, danza, folclor y hacemos asambleas, y actividades", cuenta con el vigor de sus 29 años y la experiencia de ser subsecretario nacional de organización del partido.

Él explica que la corriente reformista busca el cambio sobre la base de proactividad, la meritocracia y disciplina. No privilegiando la antigüedad de los cuadros, sino su eficiencia y compromiso.

"Sin tener cargos, hemos logrado que el PPC sea un partido cercano a la gente, un partido de ricos, pero ricos en conocimientos, ricos en preparación, ricos en querer trabajar por los demás. De derecha no tenemos nada", afirma.

Por lo visto el 2007 será un año, no importante, sino radical y decisivo en la vida del PPC. Habrá cambio de mandos, renovación de cabezas y vigilancia de la labor parlamentaria.

Solo dentro de tres años, cuando las elecciones municipales nos lleven a las urnas, podremos notar si el partido ha sabido desmarcarse de su perfil acartonado y caduco, y si ha conseguido recuperar aunque sea un poquito del entusiasmo y vigor que hoy le sobran al joven Luis Bedoya Reyes.

La Frase

"Ha habido episodios que nos han hecho pasar un mal rato, pero una organización soporta estas dificultades" Lourdes Flores Nano - Presidenta del PPC

"Es difícil mantener el partido después de una derrota. Se pierde la fe y la moral, pero sé que el PPC superará esta etapa dura" Juan Carlos Eguren - Congresista del PPC

"Ojalá que el PPC se renueve, y vuelva a ser democrático y tolerante. La democracia exige más humildad y mayor apertura" Antero Flores -Araoz Ex presidente del PPC.

Por Renato Cisneros (Articulo Publicado en El Comercio el día 13/05/2007)